lunes, 19 de abril de 2010

Ella y su amante, el cigarrillo.


Hoy me pasó de ver a una chica muy linda, parecía angelical por sus ojos claros y rizos dorados que brillaban con el sol del atardecer atravezando los árboles...

Pero antes de entrar donde yo estaba observandola, apaga su cigarrillo en la arenilla, y el humo asesino incondicional envolvió su luz. La oscureció. Parpadeé.

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